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lunes, 31 de octubre de 2011

El mundo grecolatino de ultratumba (1)

Estamos en la víspera del día de Difuntos.  Ante tal fecha hay varias reacciones en el mundo moderno  
a) Salir hacia un lugar de descanso, aprovechando los días de fiesta.
b) Disfrazar a los niños de la casa y tener preparado un frasco de caramelos para cuando vengan los vecinos, copiando la tradición importada de los Estados Unidos.
 c) Visitar las tumbas de los seres queridos y llevarles flores.
Pero ¿cómo era el mundo de ultratumba para los griegos y los romanos?

Los griegos
Hades es el dios que se ocupa del mundo de ultratumba. Con el propio nombre del dios se denomina al lugar en el que acaban los muertos en el mundo griego.
Hades, hermano de Zeus, Posidón, Hera, Hestia y Deméter, es un amo despiadado que no permite a ninguno de sus súbditos, los muertos, volver a la tierra, entre los vivos.

Es asistido por distintos seres, por ejemplo, Caronte, el barquero. A su lado está Perséfone, hija de Deméter. Se cuenta que fue raptada. El escenario del rapto varía en las fuentes, según los lugares de culto de donde proceda la narración. El más normal es Sicilia, pero también se mencionan Creta, Eleusis, el Ática y un largo etcétera. Zeus ordenó a Hades que Perséfone fuera devuelta, pero esta ya había comido un grano de granada[1].
Rapto de Proserpina.  Procedente de Baelo Claudia
Hades era raramente mencionado, se le designaba por medio de eufemismos, el más corriente Plutón “ el Rico”, esto explica que Plutón sea representado a menudo sosteniendo un cuerno de abundancia, símbolo de la riqueza.

El mundo subterráneo comunica con la superficie a través de grandes cavernas y ríos de curso subterráneo. Algunas de estas entradas fueron la caverna de Aquerusa, en el Epiro; la de Heraclea, en el Ponto; o los ríos Aqueronte y Cócito.

 Homero habla en la Ilíada, canto XXIII, de las "anchas puertas del Hades" que se solían situar en el Necromantío de Éfira, en la confluencia de los ríos Aqueronte y Cócito.
Necromantío de Éfira (Epiro)




 Si bien es cierto que había otras entradas al Hades, como la del cabo Ténaro, originariamente dedicada a Posidón.

Una vez bajo tierra se encuentran las puertas del infierno, guardadas por el perro monstruoso Cerbero. Más adelante aparece el río Éstige (también llamado Laguna Estigia), que rodea todo el reino subterráneo. Para cruzarlo hay que pagar al barquero Caronte por el transporte; en caso contrario, el alma quedaría errante eternamente en los vestíbulos del Hades.
Otros ríos corren por el inframundo y son afluentes del Éstige: el Aqueronte, el Cócito, el Flegetonte y el Lete(o Leteo), cuyas aguas hacían olvidar el pasado.
Dentro del Hades se distinguen tres regiones:

  • El Erebo, nombre usado como sinónimo de Hades.
  •  El Tártaro, región de castigos eternos a los criminales.
  •  El Elíseo, región de dicha eterna para los justos.
Poco a poco se fue ampliando esta visión del infierno, que se convierte en un lugar en el que cada uno recibe una justicia retributiva según la vida que ha llevado en la tierra.
Al entrar en el Hades, el alma es juzgada por un tribunal compuesto por Éaco, Minos y Radamante. Estos tres reyes fueron conocidos por su vida ejemplar, piedad y amor a la justicia, y tras la muerte fueron recompensados en este lugar de privilegio.
Según la sentencia, el alma era arrojada al Tártaro o conducida a los Campos Elíseos.

[1] Existe una idea muy extendida en los mitos antiguos según la cual si un ser vivo visita el mundo de los muertos y come de su comida no puede volver entre los vivos. La granada es símbolo de la fecundidad por la cantidad de granos contenidos en el fruto, pero también del mundo de ultratumba, pues se dice que crece sobre la tumba de los héroes.

1 comentario:

  1. Interesantísimo, siempre eme gusto mucho la historia de Grecia y Roma porque en definitiva es la que marco el rumbo de la sociedad occidental como la conocemos no veo el momento de algun dia poder despegar para esos rumbos.

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