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lunes, 30 de abril de 2012

La Acropolis y su azarosa vida (I)

Muchos turistas se quejan de lo destrozada que está la Acrópolis. No es de extrañar si tenemos en cuenta su azarosa vida.
Cuando los marineros llegaban a unas treinta millas de Atenas, allí por el cabo Sunion, ya podían distinguir el yelmo metálico de Atenea emergiendo de la Acrópolis como una cresta de gallo. En aquella época, el siglo V a. C., la colina ateniense ya no era la fortaleza amurallada que protegió la ciudad primitiva sino un santuario de los dioses, la ciudad sagrada. Atenas había crecido, y otras murallas la defendían más allá del pie de la meseta calcárea. Los palacios y los templos se habían sucedido unos a otros en el tiempo, hasta que los persas la pasaron por el fuego (480 a.C.). Y casi sobre las ruinas aún calientes, Pericles mandó levantar la Acrópolis clásica con la ayuda de su asesor artístico, Fidias, y del arquitecto Ictinos.


El Partenón, construido con mármol pentélico 1 , fue pintado después de colores vivos: en rojo las estrías de las columnas y el fondo de frontones y metopas; los ábacos en azul; de ocre el plinto; los tríglifos, de azul y amarillo.
Los arquitectos aplicaron en él estratagemas para permitir que la imperfecta visión humana pudiera contemplar la armonía misma (éntasis 2  de las columnas)
Las profanaciones de Poliorcetes (304 a.C.), que se instaló en el Partenón con algunas cortesanas, y de Lácares, que robó (298 a.C.) muchas piezas de oro, fueron de las primeras incursiones que se recuerdan, pero de poca importancia.
En el s. VI los cristianos lo transformaron en una iglesia dedicada a la Virgen Theotokos; todavía hay trazos de los frescos en las paredes. Justiniano se llevó a Constantinopla la estatua de bronce de Palas Atenea, de quince metros de altura, al igual que su predecesor Teodosio II se había llevado la Atenea crisoelefantina que presidía la cella del Partenón. Ambas se perdieron en el saqueo de las Cruzadas en Constantinopla, en 1024.

 En el s. XV llegaron los turcos e hicieron sus propias reformas para convertir el Partenón en una mezquita, con minarete incluido. También lo usaron como almacén de pólvora, y ése era su cometido cuando el 26 de septiembre de 1687 un soldado veneciano a las órdenes de Morosini tuvo la destreza de hacer blanco con el mortero en el polvorín. La bola de hierro atravesó el muro, y a los pocos segundos explosionaban algunos barriles de pólvora negra; el estallido echó abajo la fachada sur del Partenón, las columnas salieron despedidas y se trituraron al estrellarse contra las rocas.


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1 De las mismas canteras del Pendeli  (Πεντέλη) siguen sacando el mármol para la restauración
 2  El fuste de las columnas griegas no se diseñaba con sección constante, esta aumentaba desde el capitel al éntasis, volviendo a disminuir hasta la base. Por tanto, la columna es más ancha en una zona situada en la mitad inferior.


viernes, 13 de abril de 2012

Cine griego

Sabiendo que la mayoría de mis seguidores son mis alumnos y/o ex-alumnos de secundaria, probablemente esta información no les interesa especialmente. Pero como tengo mi corazoncito griego, no puedo dejar de contar que hoy se estrena en Madrid (también en Barcelona y Valencia) una película griega en versión original. Dado lo inusual, tenía que decirlo.
Se titula " Alps", fue presentada en el festival de Venecia se septiembre de 2011, dirigida por Yorgos Lanthimos y ganadora del premio al mejor guión
La sinopsis no es precisamente corriente: "El cuarteto más inesperado, formado por una enfermera, un conductor de ambulancia, una gimnasta y su entrenador, deciden fundar Alps. Alps será una compañía especializada en hacerse pasar por personas fallecidas que contratan los propios familiares, amigos o compañeros del difunto para cualquier tipo de situación." Fuente Europapress
Dejo aquí el trailer de la película


miércoles, 11 de abril de 2012

Acrotiri ha abierto

Hace un mes me lamentaba de que el magnífico yacimiento de Acrotiri seguía cerrado. Lejos estaba de saber que su apertura iba a ser tan rápida. Lo han reabierto ya, para las vacaciones de Pascua. La decisión fue tomada de manera urgente por el viceministro de cultura griego Petros Alivisatos. Parece que se han solventado todos los problemas de conservación y seguridad que había.
Estamos de enhorabuena, ya que llevaba cerrado desde septiembre de 2005. Aún no he podido visitar la que algunos llaman la "Pompeya del Egeo".
Les dejo una imagen del yacimiento que fue publicada en el periódico griego " To Vima" junto con la referencia de la noticia.



viernes, 6 de abril de 2012

Campamento romano


Como mis alumnos de cuarto necesitan material sobre el ejército romano y sus campamentos, aprovecho para dejarles aquí algunas orientaciones.
Cuando el ejército se traslada todas las tardes se construía y fortificaba un campamento. Era, además, un medio de asegurar la disciplina del ejército y el espíritu de trabajo de las tropas. Era un trabajo para el que habían sido adiestrados en su preparación previa, al igual que en el manejo de las armas.
Las puertas y los ángulos se fortificaban más, incluso con torres. La tienda del jefe se sitúa en el punto de cruce de dos calles principales y alrededor estaban los altares, las imágenes de los dioses.
Las tiendas de los jefes inmediatos estaban cercanas. Cerca también se colocaban las tropas elegidas. La caballería ocupaba el centro del campamento, protegida por la infantería. Los caballeros no se empleaban ni en el atrincheramiento, ni en las guardias.
La vía Praetoria recorría el campamento de parte a parte, formando en el extremo de la abertura del pretorio la porta decumana y en el otro extremo la porta praetoria. La vía Principalis se trazaba en sentido perpendicular a la praetoria, que desembocaba en dos puertas laterales : sinistra y dextra. Los campamentos tenían un foso (fossa), con la tierra sacada de él se hacía un parapeto (agger), coronado por empalizadas (vallum). La anchura mínima del foso es de cinco pies, y la profundidad de tres.

Imagen de la página www.imperioromano.com   
 
El emplazamiento óptimo era una colina con una suave pendiente. Se señalaba ante todo el emplazamiento del pretorio y a partir de ahí marcaban el perímetro y señalaban las diversas secciones.
La elección del lugar solían hacerla los exploradores y los centuriones. Hecho esto se media la extensión necesaria, se señalaba ante todo el emplazamiento del pretorio y, a partir de él, con un instrumento óptico llamado groma, marcaban el perímetro y señalaban las diversas secciones con banderas o lanzas hincadas en la tierra. Si, por casualidad, hostiga el enemigo al mismo tiempo, las dos primeras líneas sostienen el ataque y los de la 3ª fila preparan el campamento y lo fortifican.

Reproducción de una groma

El terreno que se encuentra detrás de los tribunos (12 normalmente, cuyas tiendas se plantan en una línea recta con espacio libre para los caballos y bagajes) y toca al pretorio a la izquierda y a la derecha se destina el uno al foro y el otro al cuestorio con toda la intendencia.
Si se juntan dos cónsules con cuatro legiones, la configuración es la misma y pueden formarse como dos campamentos con direcciones opuestas. Las dimensiones serían el doble, creciendo un lado en forma de rectángulo, adosando un campamento al otro.
Polibio nos da la disposición de un campamento normal, destinado a albergar un ejército consular, formado por dos legiones y dos “alae de socii”. Forma un cuadrado de unos 666m. de lado. Sin embargo se han conservado restos arqueológicos con otras formas, p. ej. En forma de trapecio en Sagunto.
El trabajo de montar el campamento ordinario empleaba a todo el ejército dos o tres horas en terrenos fáciles de trabajar.
Las tiendas tienen un techo a dos aguas formando un frontón. La cubierta se sostiene por unos listones y la entrada se cierra con una cortina. En cada tienda se alojaban 10 soldados que formaban un “contubernium”. La tienda del general muchas veces es una vivienda confortable, que en los campamentos fijos reproduce el antiguo atrio de la casa romana.

Los campamentos estables, construidos a lo largo del limes o frontera, ya son verdaderas fortalezas, pero dispuestas de una forma semejante. “Castellum” es un diminutivo de “castrum”. Los de carácter pasajero, se construían de tierra y se llamaban “castellum tumultuarium”. Los destinados a defender una posición fuerte, de piedra, se llamaban “castella murata”.
Muchas de las ciudades de origen romano surgen de campamentos militares.
Para completar la información, os recomiendo el siguiente video