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martes, 29 de mayo de 2012

Constantinopla, 29 de mayo de 1453

El otro día, con los alumnos de 4º, hablaba de la división del Imperio Romano en dos, Occidente y Oriente, y como el de Oriente tardó muchísimo más en caer. La fecha clave es el 29 de mayo de 1453, día en que las tropas de Mehmet II "el Conquistador" abrieron una brecha en las murallas que había mandado hacer Teodosio II para proteger la ciudad de Constantinopla. Las murallas terrestres tenían más de seis kilómetros de longitud. Comenzaban en la costa del Mar de Mármara, formando una especie de curva, y terminaban en el Cuerno de Oro. En realidad era un verdadero sistema defensivo que estaba constituido por una triple línea defensiva, de dos murallas y un enorme foso provisto de un parapeto. Hoy es el aniversario de la toma de Constantinopla.

Lugar de la muralla por donde entraron los turcos
El Imperio Bizantino llegaba a su fin, si bien llevaba en declive desde 1190 en que los bizantinos no quisieron intervenir en la Tercera Cruzada y más tarde, en 1204, ya en la Cuarta, los cruzados tomaron por asalto la ciudad dando origen al efímero Imperio latino que duraría hasta 1261.
El cisma entre las Iglesias católica Romana y Ortodoxa había mantenido a Constantinopla distante de las naciones occidentales e, incluso durante los asedios de los turcos musulmanes, no había conseguido más que indiferencia de Roma y sus aliados. En 1453 Constantinopla estaba sitiada mucho antes de que el ejército del sultán se acercara a sus murallas.
Durante todo el año se impuso por parte de los otomanos un bloqueo que limitó la posibilidad de visitar la ciudad, así como también dificultó su abastecimiento. Sabemos por los relatos, que en pleno centro de la ciudad había terrenos cultivados para la subsistencia de los ciudadanos, tal como si fueran granjas, pero en medio de los edificios públicos y de las iglesias más grandes y hermosas como la de Santa Sofía.
Constantino XI advirtió a todo occidente, sin ser escuchado, del peligro que para ellos representaba la expansión turca, escribió casi desesperadamente cartas y más cartas para los gobernantes occidentales, pero éstos y el Papa estaban demasiado ocupados en pelear entre sí .
El ejército turco estaba formado, según los historiadores contemporáneos, por entre 80.000 y 160.000 hombres. Para ese momento no había más de 40.000 habitantes en la ciudad, no todos ellos aptos para el servicio de armas. El 2 de abril de 1453 los primeros destacamentos turcos llegaban cerca de la ciudad, que ya estaba preparada, abastecida al máximo posible, protegido el Cuerno de Oro con la famosa cadena que el genovés Bartolomeo Soligo había colocado por orden del emperador, destruidos los puentes sobre el foso que bordea la ciudad, y con las murallas en perfecto estado.

Restos de la cadena. Museo Arq. de Istanbul
Los defensores no eran los suficientes para resguardar las murallas del exterior y del interior. El 12 de abril comenzó el cañoneo de forma regular sobre las murallas y a partir de entonces ya no se detendría. En los primeros días de mayo los allegados al emperador le indicaron que debería huir de la ciudad.  El 16 de mayo la flota turca trató de superar la gran cadena sin poder lograrlo.
El 28 de mayo los bizantinos ya estaban informados de que en la madrugada del día 29 Mehmet II lanzaría un violento ataque contra la ciudad. Los defensores participaron de los oficios en Santa Sofía junto con todos los pobladores, griegos y latinos, conscientes de que podía esa ser la última misa que escucharan en ese tan apreciado sitio para los cristianos.

Interior de Santa Sofía
 El 29 de mayo, aparentemente mucho antes de que despuntara el sol, Mehmet lanzó su primer ataque a las murallas de la ciudad con miles y miles de soldados provenientes de distintos países. Tras ser rechazados en un primer ataque, los jenízaros, que estaban descansados, excelentemente entrenados y muy bien pertrechados, pronto marcaron la diferencia, en un asalto feroz por la violencia y la audacia de los atacantes. Había una estrecha abertura en el lado norte de la muralla terrestre de la ciudad, una simple entrada pequeña ubicada en el barrio de  Blaquernas (Kerkoporta), una poterna antigua que se había utilizado durante muchos años como puerta de escape de emergencia. Por ella  un contingente pequeño de turcos, que habría entrado a la ciudad, parece haberse dirigido hacia la torre más cercana y haber izado en ella la bandera turca, para desconcierto total de los defensores. Es muy probable que los mismos soldados del sector entre muros hayan abierto algunas de las puertas menores de la muralla interior para salvarse de la masacre de la que estaban siendo víctimas, y que por allí grandes oleadas del ejército turco hayan entrado definitivamente a la ciudad. Nadie ha podido saber a ciencia cierta cómo murió Constantino, ni dar noticia del verdadero paradero del cuerpo del emperador muerto. Comenzó el saqueo y la Ciudad ( los griegos siempre la denominan así) cayó en manos turcas, poniendo fin al Imperio.

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