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domingo, 31 de agosto de 2014

Brixia- Brescia- Museo de Sta. Giulia ( y II)

El museo de la ciudad permite un viaje a través de la historia de Brescia desde la época prehistórica hasta nuestros días. Se encuentra en el antiguo monasterio femenino de la orden benedictina, mandado construir por el longobardo Desiderio y su mujer Ansa en el 752. Edificado sobre un área ocupada por importantes “domus” romanas, además incluye la basílica medieval de San Salvador y su cripta y el oratorio románico de Sta. María en Solario. El museo por si solo merece el viaje, es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde junio de 2011. Voy a destacar algunas piezas que me han llamado la atención. 1) La Cruz del Deseo. De factura longobarda ( f. s. VIII), es una de las más famosas cruces de plata con lámina de oro. Está decorada con numerosas piedras preciosas y camafeos, la mayoría de ellos de época romana.
Entre ellos el retrato de una familia, que según la tradición son Gala Placidia (a la derecha) y sus hijos Valentiniano III y Justa Grata Honoria.
2) La Victoria alada. Estatua de bronce. Descubierta en el s. XIX. Es un pastiche, realizado sobre una estatua griega, reelaborada en época romana. Parece que el original era una Afrodita ( del tipo Cirene) que se miraba sobre el escudo de Ares, probablemente fue trasportada por voluntad de Augusto a Roma desde Alejandría. Fue donada a la ciudad, probablemente al conceder a la ciudad el título de Colonia Augusta. Fue transformada en Victoria después de la segunda batalla de Bedriaco ( 24 de octubre del 69 d.C., el año de los cuatro emperadores).
3) Una cuchara de cristal, como no he visto jamás en ningún otro museo que tenga objetos romanos.
4) Las “Domus”, conocido complejo con el nombre de “Domus dell’ Ortaglia”. En realidad son dos casas, la de la fuente y la de Dionisio. Fueron utilizadas entre los s. I y IV, posteriormente cayeron en desuso y se encontraron en el jardín del monasterio de Sta. Giulia. Se conservan restos de pintura, incluso en un techo, mosaicos y sistema de calefacción.
Hay otras muchas piezas de interés. Insisto, merece la pena la visita.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Brixia- Brescia (I)


Tras unas accidentadas vacaciones (tres costillas rotas) vuelvo a la carga con algunas aportaciones sobre mis visitas. Esta vez una ciudad de la Lombardia.

En el área arqueológica del Capitolium de Brescia, donde se está desarrollando un extenso proyecto de recuperación y de puesta en valor, se conservan todavía los restos monumentales de la antigua Brixia( nombre de origen céltico, bric significa altura,monte). Los orígenes de la población se remontan al 1.200 a.C, con una población de origen ligur que se asentó en las faldas de la colina Cidneo. En el s. VII a.C. se asentaron los galos cenomanos, convirtiéndola en su capital. Los cenomanos fueron los únicos galos aliados de la República romana. Se les concedió el derecho latino en el 89 a.C. y durante el consulado de Julio César en el 49 a.C. la ciudadanía romana. La ciudad consiguió así un ordenamiento autónomo (era gobernada por quattuorviri), con su propio Senado y sus propios magistrados. Augusto en el 26 a.C. la elevó a la categoría de “colonia civica augusta” (única de la Italia septentrional) y la encuadró en la tribu Fabia. La Brixia romana consiguió su máxima expansión urbanística y demográfica (unos 9.000 habitantes) en torno al 96 d.C.
 
 
 
 
 

 
 
 
Pero fue Vespasiano, en el 73 d.C.,  el que ordenó la construcción del Templo Capitolino que podemos ver hoy en día. En él se veneraba a la triada capitolina. La escalinata de mármol hoy restaurada, llevaba al pórtico elevado, con columnas corintias de unos 11 metros de alto. El templo cerraba la parte norte del foro. Formado por tres naves, una central más grande, que conservan parte de su suelo original de mármol policromo.En su fachada se puede apreciar el tímpano con la dedicatoria a Vespasiano.
 
 
 
 

 
 
 
 
Debajo de él hay un santuario republicano que en este momento no se puede visitar. Habrá que esperan a que empieza la expo de Milán en 2015 (como tantas otras cosas por aquí). Fue construido en el s. I a.C. y conserva restos de pintura en las paredes según me contó el arqueólogo. Tampoco se podía visitar el teatro de época flavia y con capacidad para 15.000 espectadores.
Pero el arqueólogo me mostró una estela escrita en latín y rético verdaderamente curiosa. El rético utiliza un alfabeto derivado del etrusco.